DERECHOS DE LOS ANIMALES
La movilización animalista logra que Carasa sustituya la gata negra por un peluche
La localidad de Carasa, en el municipio cántabro de Voto, ha sustituido este año la gata negra por un peluche de ese color y, con ello, ha esquivado la polémica que ha habido otros años por la tradicional suelta del animal en las fiestas locales.
La asociación Haiekin había exigido la supresión del felino con motivo de los festejos de La Gata Negra, y la organización ha optado por introducir un muñeco en el trasportín, según ha podido saber Europa Press por fuentes presenciales.
El colectivo animalista Haiekin pedía que se suprimiera esta cita que se celebra cada 16 de agosto en Carasa y, para ello, había registrado sendos escritos en la Consejería de Fomento, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente del Gobierno de Cantabria y el Ayuntamiento de Voto. Alegaba en ellos que este festejo "queda prohibido" tras la entrada en vigor de la Ley de Protección de los Derechos y el Bienestar de los Animales de 2023.
Esta fiesta centenaria -que este 2024 no incluía la suelta de la gata en el cartel con su programación- data de la Edad Media, cuando a los gatos negros se les consideraba un símbolo de mal agüero, con poderes mágicos y vinculados a la brujería. Aunque en los últimos tiempos se seguía manteniendo la suelta, no siempre ha sido una gata negra. El acto central consiste en soltar al animal en la vía pública y observar la dirección de su huida. Previamente, el felino es introducido en un transportín y trasladado en una carroza, desde el barrio de Rioseco a la plaza de Carasa, donde se celebra una ceremonia.
Hace años, el animal era llevado dentro de un saco y lanzado al público, desde más de dos metros de altura, y escapaba entre los asistente. Haiekin solicitaba que este festejo "se adapte a los nuevos tiempos" y se sustituya el animal por una persona disfrazada o un muñeco, como finalmente ha sucedido.