TRIBUNALES
Investigan el trato del Padre Menni a un niño autista al que ataban y que ingresó en Valdecilla con traumatismo
El Juzgado de Instrucción Nº 4 de Santander ha abierto una investigación tras la denuncia presentada por unos padres por la presunta vulneración de los derechos de su hijo, que presenta un autismo severo y que estaba ingresado en elPadre Menni cuando sufrió un “traumatismo frontal” que obligó a la familia a acudir a Urgencias de Valdecilla.
El caso ha salido a la luz después de que El País haya publicado un artículo en el que se relata lo vivido por el pequeño en apenas un mes de estancia en el psiquiátrico del centro gestionado por las Hermanas Hospitalarias y ubicado en Santander. Según el artículo, durante esas semanas el pequeño llegó a estar tan sedado que “no se tenía en pie”, como explican los padres al citado medio.
El tratamiento incluía numerosas pastillas diferentes y una treintena de dosis, además de estar atado frecuentemente, incluso durmiendo. Prueba de ello son las marcas que presentaba en las manos. El autismo severo del pequeño de 15 años le aisla del resto del mundo, y sus padres trabajan día a día para poder comprender el universo en el que se mueve su mente.
Lo peor se vivió en febrero. Tal y como recoge la información, un día su madre llegó más tarde de lo habitual y se encontró a su hijo con una gran contusión en la frente y muy sedado. La respuesta del centro y de los trabajadores ante lo que había ocurrido fue la misma: el silencio. Nadie dio una explicación, nadie supo responder, nadie parecía haber visto los golpes. Y nadie, según el relato de la madre, quiso llevarlo al hospital porque “no había personal”. Así que fue la madre quien acudió a Valdecilla.
El resultado del informe es ese “traumatismo frontal”, y aunque nadie parece haberlo visto, el psiquiatra lo atribuye a “autolesiones”. Ese hermetismo, unido al trato recibido por el pequeño en el Padre Menni, ha llevado a la denuncia en la policía y a la apertura de la investigación judicial, además de presentar el caso tanto ante el Gobierno de Cantabria como el Defensor del Pueblo. No se trata de buscar indemnizaciones, tal y como afirma la familia, sino de lograr que esto no vuelva a ocurrirle a un niño y que logre un trato “más humano”.