Las familias afectadas por la explosión y posterior derrumbe ocurrido la madrugada de este sábado en La Albericia, y que ha costado la vida a tres personas, y cuyas causas aún se estudian, lo han perdido prácticamente todo.

A estas alturas, según fuentes cercanas a los afectados, algunos de ellos no han podido acceder aún a ninguno de sus enseres, y han pasado las últimas 24 horas vestidos con los pijamas con los que salieron de sus camas para evitar que el techo les colapsara encima de sus cabezas. Con ellos, han pasado el trauma de ver su casa derrumbada y conocer el triste destino de sus vecinos. Y con ellos, han pasado la noche en el Centro de Acogida Princesa Letizia, donde ayer el Ayuntamiento anunció que se les dejaría pasar la noche.

AÚN NO HAY OFERTAS DE UBICARLOS EN VIVIENDAS PÚBLICAS

Según han trasladado estas mismas fuentes, a esta familia ya se le ha dejado caer que deberían empezar a buscar una vivienda de alquiler con sus propios recursos, como una solución más a medio plazo. Todo ello, teniendo en cuenta que, según nos explican, se trata de familia que ya estaba en exclusión social, y cuyos ingresos suponen poco más de 400 euros.

La familia afectada tiene cinco miembros -uno con alto grado de dependencia- y está en exclusión social

Por el momento, y según indican dichas fuentes, tampoco nadie de Servicios Sociales, ni del Ayuntamiento ni del Gobierno de Cantabria, se ha puesto en contacto con ellos. Según les han explicado, será el lunes cuando empiecen a moverse los papeles, aunque no les han ofrecido fechas ni plazos para solucionar su emergencia habitacional. Ninguna administración ha ofrecido, tampoco, por el momento, alternativas para reubicarlos, más a medio plazo, en algún piso propiedad de la Administración.

Por lo pronto, esta noche también la pasarán en el Princesa Letizia, aunque siempre según las mismas fuentes, la primera jornada no han podido acceder a un habitáculo con el que, se supone, cuenta el centro para agrupar a la unidad familiar. Según denuncian, los cinco miembros de la familia (uno de ellos con alto grado de dependencia), han pasado la noche en habitaciones separadas, y mezclados con el resto de los usuarios del centro.