TRIBUNALES
El acusado de dejar morir a su madre, a prisión provisional por riesgo de fuga
El fiscal del juicio a un hombre acusado de dejar morir a su madre por desatención y abandono ha rebajado la pena de cárcel solicitada para él de 20 a 16 años tras retirar la agravante de parentesco, que no contemplaba la defensa y que pide la misma condena.
El representante del ministerio público ha asegurado que el procesado era "perfectamente consciente" de lo que estaba pasando y "podía haber obrado con voluntad suficiente" como para impedir el fallecimiento de su progenitora, en 2021 a los 84 años y tras llevar varios con patologías físicas y deterioro cognitivo.
Así, cree que "tuvo tiempo más que de sobra" para buscar una ayuda que, de hecho, "se le ofreció y él la rechazó". Por eso, se trata de "una muerte buscada por el acusado", ha sentenciado el fiscal este miércoles en la vista, en la que se ha practicado la prueba pericial.
Las forenses que han examinado al procesado han descartado que tuviera afectadas sus capacidades cognitiva y volitiva, pese al consumo crónico de alcohol acreditado, así como también que padezca el Síndrome de Diógenes (trastorno caracterizado entre otras cosas por la acumulación de basura). Así lo han expuesto este miércoles en la segunda sesión del juicio con jurado, que se celebra esta semana en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Cantabria, y que se ha desarrollado con dos horas y media de retraso, al tener que suspenderse por no comparecer el encausado al inicio de la misma.
La magistrada que preside esa Sala y el tribunal dictó orden de búsqueda y captura y, una vez localizado y conducido al complejo judicial de Las Salesas en Santander por la Policía Nacional, decretó ingreso en prisión provisional por riesgo de fuga hasta que haya sentencia firme.
El implicado alegó que se había "dormido" para justificar su ausencia al comienzo de esta vista, en la que se ha practicado la prueba pericial y Fiscalía y Defensa han expuesto sus conclusiones definitivas e informes finales. El juicio concluirá el jueves con la deliberación y veredicto de los jurados.
DESCARTAN TRASTORNO MENTAL GRAVE PERO SORPRENDE SU FRIALDAD EMOCIONAL
Las forenses han explicado que el acusado, que reconoció que se percató del deterioro de su madre y que no hizo nada hasta que falleció, tiene un consumo crónico de alcohol, hasta el punto de que constan en su escaso historial clínico dos ingresos hospitalarios por caídas en la vía pública por intoxicación etílica "aguda", y por las que sufrió diferentes traumatismos.
Se trata de un consumo "diario" pero no "grave", que "nunca ha tenido intención de dejar", y han descartado en todo caso que esto haya deteriorado su capacidad cognitiva -intelectual, de comprensión. Entienden así que tiene esa facultad y la volitiva también de forma "suficiente" como para comprender lo que ha hecho -o dejado de hacer- y ser imputado, rechazando un trastorno mental grave que le impidiera haberse dado cuenta de lo que pasaba.
En este sentido, las peritos han resaltado que lo ocurrido, el "abandono total" de la víctima, no ha sido un hecho puntual, sino "una conducta muy mantenida en el tiempo". Otra cosa es, según han diferenciado, la actitud del procesado, "a veces sorprende la falta de empatía y la frialdad emocional", ha confesado.
Además, pese al estado de la habitación de la mujer y la vivienda en general, con desorden y suciedad, estas expertas no creen que este hombre tenga Síndrome de Diógenes, al ser una patología basada en conductas "por acumulación" de desperdicios y al apreciar en él un "estilo de vida era disfuncional". Han destacado al respecto que no cuidaba de sí mismo ni de su madre, no hacía las tareas domésticas y tampoco pedía ayuda, añadiendo que apenas trabajó un par de años de joven, por lo que carecía de recursos propios y siempre dependía de otras personas.
SUCIO ES POCO
La pericial ha incluido el análisis de un segundo informe, relacionado con el levantamiento del cadáver, a primera hora del 17 de abril de 2021 en el domicilio familiar, después de que el hijo encontrara muerta a su madre y tras el pertinente aviso policial.
Las forenses han descrito las "muy malas" condiciones del domicilio y han acompañado su relato de la exhibición de fotografías a los miembros del jurado. Con ello, han puesto de manifiesto la basura y el mal olor que había en la casa y en el cuarto de la víctima. "Sucio es poco", ha resumido una de ellas.
Han subrayado también el estado "caquéctico", de extrema delgadez, y signos "muy evidentes" de deshidratación y desnutrición de la víctima, que padecía un deterioro cognitivo en grado moderado y problemas cardiovasculares por los que acudió a consulta médica por última vez en 2015 y había sido ingresada en 2018. Han incidido asimismo en la suciedad del cuerpo, con restos de orina y heces, antiguos y recientes, y úlceras por presión muy avanzadas y en grado máximo, que afectaban a la piel, órganos y huesos, hasta el punto de que tenía las piernas "cruzadas y pegadas", lo que evidencia inmovilización y falta de cambios posturales.
Lo que no apreciaron fueron heridas o lesiones por traumatismos que causaran la muerte, que obedeció a una patología crónica cardiovascular -insuficiencia cardiorrespiratoria aguda- y la misma se produjo en horas próximas a la toma de muestras. No obstante, coadyuvaron e influyeron "de manera importante" en el fallecimiento otras causas, como el abandono, falta de cuidado, la extremada delgadez o las úlceras, que en personas con problemas de circulación, mala alimentación y falta de movilidad e higiene se producen "muy rápidamente", según las peritos. Tienen la "sensación" de que la mujer llevaba "bastante tiempo así" y que estas últimas lesiones se podrían haber evitado con el "cuidado adecuado".
También han corroborado que la víctima no podía valerse por sí misma y precisaría ayuda para poder levantarse (en contra de lo manifestado por el procesado durante el interrogatorio) y han aludido a un informe médico según el cual el hombre había rechazado ayuda de servicios sociales recomendada tras el ingreso de su madre en 2018.
ES UNA MUERTE BUSCADA POR EL ACUSADO
Tras la prueba pericial, la testifical de los policías (que corroboraron el estado de la vivienda) y el interrogatorio al acusado, el fiscal ha concluido que los hechos han quedado probados y han sido reconocidos por el implicado, para el que pide 16 años de cárcel, pena "proporcional" a unos hechos "muy graves y lamentables".
Y es que aunque él era "perfectamente consciente" de la situación y de los cuidados que precisaba su madre, "no hizo nada" durante "años", ni siquiera satisfacer las necesidades básicas de alimentación, higiene y movilidad. Por contra, la mantuvo en una situación "escabrosa y lamentable", con "palmarios" estados de desnutrición y deshidratación y "evidente" suciedad hasta fallecer.
"El acusado tuvo tiempo más que de sobra para buscar una ayuda para su madre" pero no lo hizo, sino que "la tuvo en la cama hasta que murió", por lo que fue "una muerte buscada por él", ha sentenciado el fiscal. A su juicio, era algo "totalmente evitable" que va "más allá de una mera negligencia", e imputa por ello un delito de homicidio por omisión.
La defensa sí cree que su cliente tiene Síndrome de Diógenes pasivo y que el alcoholismo ha influido de alguna manera en su conducta, hasta llegar a un "abandono total". Con todo ello, esta abogada se ha preguntado hasta qué punto una persona que vive así entiende que tratar igual a su madre es "perjudicial". El enjuiciado ha rechazado ejercer su derecho a la última palabra y el juicio concluirá el jueves con la deliberación y veredicto del jurado.