SUCESOS

Los afectados por el derrumbe afirman que han tenido que pedir dinero prestado para comprar mantas y ropa interior ante la inacción de Ayuntamiento y Gobierno

Algunos de los afectados por el derrumbe
Algunos de los afectados por el derrumbe

Las familias afectadas por la explosión y el posterior derrumbe de La Albericia continúan a la espera de ser citadas por los Servicios Sociales municipales o autonómicos. “Ha hablado con nosotros una chica de Cruz Roja y la trabajadora del albergue -el centro de Acogida, Princesa Letizia, gestionado por la Asociación Nueva Vida-, pero nadie del Ayuntamiento ni del Gobierno han venido a decirnos hasta cuándo podremos quedarnos y qué podemos hacer después”, han explicado algunos de los afectados en una conversación con El Diario Cantabria, justo enfrente de las ruinas de sus casas.

El Ayuntamiento les ha dicho que no tienen pisos para ubicarlos

Durante las primeras horas, en medio del caos, se les llegó a insinuar que deberían ir buscando pisos de alquiler en las inmobiliarias. “Tal y como están los precios ahora, y que vamos con lo puesto”, se quejan ellos, cuya reacción ha evitado que vuelva a sugerirse el tema en voz alta, de momento. Ellos han solicitado que se les ubique en algún piso propiedad del Ayuntamiento o del Gobierno, pero en el primer caso se les ha trasladado que no hay ninguno disponible. Por parte del Ejecutivo, y a pesar de las lacrimógenas reacciones del primer días, denuncian que lo han dejado todo en manos de la Corporación Local y nadie más de su Administración se ha puesto en contacto con los afectados.

SIN CALEFACCIÓN

Por el momento, hoy pasarán su tercera noche en el Princesa Letizia, donde la pasada jornada ya durmieron en un habitáculo familiar después que la primera noche fueran desperdigados. “A ver si hoy encienden la calefacción, porque hemos pasado un frío…”, cuentan. Y es que el centro ha justificado la falta de activación de un sistema calefactor, “porque dicen que, si el Ayuntamiento no lo manda, ellos no se mueven”.

Sí hay pequeños avances que les dan un pequeño alivio, como la llegada de la máquina de apnea que uno de los padres de familia necesita, y que perdió en el incendio. “Hoy la tiene, menos mal, pero a mí me falta el medidor de tensión y me dicen que para mandarme otro necesitan un domicilio…”, relataba otra mujer cuya salud es delicada y que explicaba que, por el disgusto, hoy tenía el azúcar en 529.

“HA SIDO UNA ENCERRONA”

“Lo que no es normal que aquí no aparezca nadie, y que la reunión que dicen que hemos tenido con Servicios Sociales ha sido con una de las trabajadoras del centro, y para explicar normas internas”, ha insistido la hija de una de las familias, que siente que les han hecho “una encerrona”. “Pero, ¿qué es eso de que el Ayuntamiento no tiene pisos? ¿Y dónde vamos a ir si no nos dicen hasta cuándo podemos quedarnos en el albergue y en qué condiciones?”, insistía, indignada, antes de reconocer que han tenido que pedir dinero prestado para comprar mantas y ropa interior. “Que supuestamente mañana nos daban algo, pero fíate. Si prometer, prometen mucho, hasta una tarjeta para gastos básicos. Pero no la hay, no se ve”.

"Nos dieron unas zapatillas que las devolvimos porque olían a pies”

Por lo pronto, parece que la mayor movilización está procediendo de sus propios vecinos, los cuales están organizándose para recaudar ropa, “y en condiciones, no las zapatillas que las devolvimos porque olían a pies”, así como alimentos; además de coordinarse para conocer el estado de salud de los que aún están hospitalizados y cómo pueden ayudar a los más afectados con los medios de los que disponen.