UNIVERSIDAD

“Me han pedido que elija entre mis estudios o mi niña”

Mireia Cabanillas junto a su hija Naima

Una joven denuncia que la Universidad de Barcelona le ha prohibido la entrada con su bebé, al que no tiene con quien dejar y no puede permitirse una guardería.

Todos tienen el derecho a la educación. Así lo recoge el artículo 27 de la Constitución. Sin embargo, la Universidad de Barcelona ha decidido prohibir la entrada a una de sus alumnas, aunque no por no acatar las normas del centro, sino por ser madre. Mireia Cabanillas, de 24 años, tuvo a su hija Naima hace 11 meses, y debido a su situación económica y familiar no puede dejar a la pequeña con nadie o pagarse una guardería, por lo que debe estar con ella incluso en clase, algo que ahora la Universidad le prohíbe.

La joven, que ya ha logrado 16.314 firmas en la plataforma hazteoir.org, pide al Ministerio de Educación y a la Universidad de Barcelona una alternativa real a su situación y a la de muchas madres de España: crear guarderías en las universidades o que se permita a las madres que practican lactancia materna exclusiva acudir a las aulas.

En la carta recogida en esta plataforma Mireia, que estudia Pedagogía, explica que “soy universitaria y, por lo tanto, no tengo ni un empleo ni ningún ingreso. No puedo costear una guardería para mi bebé ni tampoco tengo con quien dejarla”.

“A raíz de mi maternidad me he dado cuenta de la situación de abandono en la que nos encontramos las madres en este país”

“A raíz de mi maternidad me he dado cuenta de la situación de abandono en la que nos encontramos las madres en este país”, ha precisado, denunciando además que la prohibición de ir a la universidad con su hija no está acompañada de una alternativa viable. “Me han ofrecido la evaluación única pero eso lejos de facilitarme las cosas me las complica aún más. Aceptarlo significaría alejarme de mi hija y el sitio de un bebé es con su familia”, ha asegurado.

La joven considera que tiene “derecho a aprender igual que el resto de mis compañeros, a compartir experiencias y conocimientos. Y me lo están negando”.

Cabanillas explica en su protesta en hazteoir.org que “tanto mis profesores como el resto de estudiantes me apoyan. De hecho, fueron ellos mismos quienes me animaron a no abandonar mis estudios y a llevar Naima a las clases”.

Argumento inválido

Respecto al argumento utilizado por la dirección de la Universidad de Barcelona, la joven considera que es “inválido”. Por un lado, la prohibición se debe a que “la niña no está cubierta por un seguro en caso de accidente”; por otro, “los otros alumnos tienen derecho a recibir clases ‘en condiciones óptimas’”.

“¿Acaso el resto de estudiantes sí están cubiertos por un seguro? ¿Acaso Naima ha impedido estudiar a alguno de ellos?”, se pregunta Mireia en la carta.

En la carta, en la que solicita la ayuda de la sociedad en varias ocasiones, considera que “me están castigando por querer tener una familia, por haber escogido el camino del derecho a la vida”, y asegura que “en un país en el que la media de edad supera los 43 años y la población no para de envejecer están poniendo trabas a los que queremos traer niños al mundo”.

Asimismo, y aunque reconoce que “mi caso puede ser más o menos debatido”, Mireia es consciente de que “no soy la única mamá que ha estudiado, ni estudia, con su hijo en el regazo”.

“Si finalmente me impiden el paso a las aulas con mi niña me estarán obligando a abandonar mi carrera”, ha lamentado.