EDUCACIÓN
Concienciar contra el bullying desde los centros escolares
El acoso escolar, o bullying, ha adquirido mayor relevancia social en los últimos años. Padres, profesores y alumnos han levantado la voz contra un problema que se ha vivido durante décadas y que ha tenido importantes consecuencias en el crecimiento social y personal de muchos menores. La llegada de las redes sociales ha provocado, además, que dicho acoso trascienda el ámbito puramente escolar y se traslade también al entorno digital, en el que las fronteras y los horarios se diluyen.
Para educar y concienciar contra este problema, la Concejalía de Educación de Noja y el Colegio Público Palacio de la Villa pusieron en marcha un proyecto de formación que en este 2021 suma ya su tercer año consecutivo. Desde el Consistorio nojeño se vio que el programa, desde su primera edición, tuvo una buena aceptación entre los niños y niñas del Colegio Público Palacio. Como señala la edil del área de Educación y Juventud, Rocío Gándara, el objetivo era que no se limitara a los alumnos de Infantil y Primaria, sino que todos los jóvenes del municipio, que cursan sus estudios de Secundaria fuera de la Villa, pudieran recibir esta formación.
Dado que la mayoría se encuentran en el instituto de Meruelo, el Ayuntamiento contactó con la Mancomunidad de Siete Villas, que tras una reunión con los promotores de este proyecto, Fernando Cerro y José Luis Arranz, decidió, junto al Instituto de Meruelo, llevarlo a cabo para los jóvenes más mayores, al considerarlo “una apuesta muy acertada que la juventud necesitaba”.
De este modo, alumnos de diferentes edades han recibido clases teóricas sobre diferentes aspectos del bullying. Debido a las medidas a las que obliga la pandemia, el programa se ha adaptado para ofrecer a los alumnos casos prácticos, experiencias y situaciones reales, evitando en todo momento el contacto físico y manteniendo la distancia de seguridad entre monitores y alumnos.
El proyecto, bajo el nombre ‘Stop Bullying. ¿Sabes que eres la pieza?’, está impartido por Cerro, experto en defensa personal, y Arranz, experto en acoso escolar. Ambos han adaptado los contenidos a las diferentes edades de los alumnos, siempre con el objetivo de que los contenidos estén directamente relacionados con las vivencias que los propios jóvenes tienen.
Cerro explica que los más mayores suelen ser “los más reacios porque creen que se están chivando”, pero una vez superada esa barrera, “todos están muy contentos”. Desde luego, “con los más jóvenes es más sencillo” y les gusta la dinámica de las clases, alejada de sermones o lecciones. “No se trata de leerles un manual”, ha explicado Cerro, sino de “casos prácticos y reales, experiencias y anécdotas” con las que “se les intenta implicar”. Los cursos muestran “qué es el bullying y, sobre todo, los efectos que puede llegar a tener en cada uno de nosotros”, y para eso “les hablamos de nuestra experiencia, de los casos que nos llegan, pero también de la parte penal a la que pueden enfrentarse”.
En este sentido, Arranz añade que “no podemos ir solo con teoría porque los jóvenes desconectan”. Es por eso que “lo hacemos muy participativo desde el primer día”, hablando sobre diferentes culturas, las experiencias y los casos que les llegan y cómo se vive el bullying en otros países.
El coronavirus ha obligado a modificar un poco el funcionamiento de estas charlas, en las que teoría y práctica van de la mano. En la parte práctica tratan de enseñar a los jóvenes nociones básicas de defensa personal para “empoderar a los que necesitan un impulso”. Arranz coincide con su compañero en que es necesario modificar los contenidos y el modo de transmitirlos en función de las edades. “Con los más pequeños hemos hecho juegos para que sea más ameno y que lo aprendan de forma práctica”, ha señalado, mientras que a los mayores se les alerta sobre las “consecuencias legales del delito”.
Arranz nunca sufrió bullying, pero a lo largo de los años ha tenido contacto con numerosos casos, y es esta experiencia la que transmite a los jóvenes. De hecho, señala que “tienen un concepto equivocado del bullying”, pues muchos piensan que solo hace referencia a la agresión física.
Estas primeras sesiones del proyecto han dejado muy buen sabor de boca en todos los implicados. Los alumnos lo han acogido de buen grado, y tanto la dirección como los jefes de estudios de los centros de Noja y Meruelo “han quedado muy contentos”, afirman Arranz y Cerro, por lo que se está trabajando en una continuación que, por el momento, ya se ha confirmado en Santoña.
De hecho, todos los implicados coinciden en señalar que son los propios jóvenes los que lo están dando a conocer en sus casas y en sus círculos cercanos. En este sentido, tanto Cerro como Arranz han recordado que el proyecto no se limita a unas charlas y a clases de defensa personal. “Seguimos estando ahí para cualquier consulta que los jóvenes necesiten más allá de las charlas”, señalan, algo que trasladan a los jóvenes durante la duración del proyecto.
Ambos gestionan una ONG de ayuda a los jóvenes y atienden las dudas y preguntas tanto de padres como de hijos a través de sus correos electrónicos. Además, han instalado buzones en los centros educativos a los que han acudido para que cualquier alumno o alumna pueda avisar de posibles casos de bullying de forma anónima.