Podemos e Izquierda Unida concurren en coalición a las elecciones autonómicas del 28 de mayo con el objetivo de volver a entrar en un Parlamento del que salieron en 2019. La cabeza de lista, Mónica Rodero, afronta su segundos comicios con el objetivo no solo de regresar al Hemiciclo (algo que todas las encuestas parecen apuntar), sino de lograr ser llave para la formación de un Ejecutivo cántabro en el que, a diferencia de lo que ocurrió en 2015, sí tienen intención de entrar.

Son sus segundas elecciones como candidata. ¿Cómo vive esta campaña?

Con mucha ilusión, muchas ganas y mucha energía. Tengo muy claro que son unas elecciones decisivas en las que nuestro fin es volver al Parlamento de Cantabria. A pesar de que es cierto que el ambiente está enrarecido e incluso se ejerce bastante violencia, estoy contenta, estoy fuerte e ilusionada.

¿Cuáles son las prioridades de su programa para los próximos 4 años?

Los pactos entre varios partidos pueden ser enriquecedores, traer más debate y más consenso para llevar a cabo ciertas cosas

Sobre todo, atender las necesidades que ahora mismo pueden ser las más urgentes en Cantabria. Contemplamos la reindustrialización como algo clave en esta legislatura. También la problemática de la vivienda, y la Ley aprobada en el Congreso nos facilita mucho las cosas para llevar a cabo en Cantabria una normativa que se adapte a las necesidades de la Comunidad. El tema de infraestructuras y todo lo que sea transporte público hay que meterse de lleno a ello; no solo el AVE, sino el transporte de Cercanías y mejorar la red de comunicaciones de Cantabria para que se llegue a todos los sitios. Lo vemos como prioritario. Vemos que hay mucho déficit en Sanidad y Atención Primaria, y necesita bastante trabajo, empezando por la inversión. También en Servicios Sociales. Podría seguir y seguir, hay muchos problemas en Cantabria, pero esos son los ejes que tenemos como prioritarios.

¿Qué balance hace de la legislatura que ahora termina?

Entendemos que han sido unos años difíciles, con la pandemia del Covid y la guerra de Ucrania. Pero la entendemos como una legislatura perdida. Se prioriza la terciorización del sistema, apostando por un turismo que no trae una estabilidad económica ni desarrollo suficiente a los cántabros y las cántabras, dejando la industria y el sector primario totalmente abandonados… Lamentable, no ha habido una buena gestión.

Si tras las elecciones se convierten en llave para formar Gobierno, ¿entrarían en el Ejecutivo?

Hemos aprendido que los cambios reales se hacen formando parte del Gobierno, y si somos llave de Gobierno vamos a hacer lo posible por estar en él.

Puede ser complicado un Gobierno tripartito, ¿no?

El momento es ahora y es la oportunidad de entrar a las instituciones y cambiar la manera de hacer las políticas

Sí, pero no tiene que ser un impedimento. Entendemos que los pactos entre varios partidos pueden ser enriquecedores, traer más debate y más consenso para llevar a cabo ciertas cosas. Nosotras tenemos la peculiaridad de que no nos solemos dejar achantar, somos valientes a la hora de proponer leyes progresistas. Difícil puede resultarles a ellos, que no están acostumbrados, pero nosotras estaríamos encantadas de estar en el Gobierno y trabajar duro.

Hablando de coaliciones, ¿qué valoración hace del bipartito en el Gobierno de España?

Creo que a grandes rasgos ha sido buena. Que tengan voz, voto y más representación partidos que hasta ahora se les había excluido de ser partícipes en leyes y la toma de decisiones es fundamental. Somos un Estado plurinacional y pienso que esto enriquece el debate y las ideas. Se han impulsado leyes que sin este Gobierno no habrían salido adelante. Creo que es positivo que se haya puesto fin al bipartidismo, con sus pros y sus contras.

En Cantabria y en muchos municipios han formado candidatura con IU, y en algunos casos se han hecho públicas ciertas tensiones. ¿Cómo ha vivido este proceso?

Ha habido muchísimo trabajo. Somos dos organizaciones diferentes que, aunque tengamos las mismas ideas de cómo hacer las cosas, funcionan de forma distinta. Ha habido que hablar y consensuar mucho, y teníamos muy claro que el fin era ir en coalición, y el trabajo entre las dos formaciones creo que va a ser bueno.

Antes afirmaba que su intención sería entrar en el Gobierno. ¿Tiene alguna línea roja?

Este es un trabajo de mostrar, de confianza, de que estamos aquí y que hemos hecho políticas valientes en el Gobierno

Creemos que entrando en el Gobierno habría que hacer auditorías de algunas consejerías para ver cómo están funcionando. Tenemos el escándalo de la Consejería de Obras Públicas y creemos que hay ciertos temas que tienen que ser auditados. Cantur, por ejemplo, nos preocupa. Serían temas que se pondrían encima de la mesa y pelearíamos todo lo posible para que nuestras propuestas, que son muy asumibles y normales dado el momento en el que estamos, fueran hacia adelante.

¿Cree que la situación de su formación y la presencia de Sumar a nivel nacional pueden condicionar el voto en estas elecciones?

Nosotras estamos centradas en estos comicios, que son autonómicos y municipales. Sumar no se ha presentado, así que entendemos que hablar de ello no nos lleva a ningún lado. Más adelante, para las elecciones estatales, apostamos porque se llegue a un acuerdo y todo vaya por buen camino. Ahora hay mucho ruido que no favorece a nadie y no nos concierne directamente. Vamos a trabajar con nuestros compañeros y compañeras de IU, y es lo que hay que decirle a la gente. El momento es ahora y es la oportunidad de entrar a las instituciones y cambiar la manera de hacer las políticas.

¿Cómo puede afectar la situación política nacional al clima electoral en Cantabria?

Tengo constancia de problemas del día a día de la ciudadanía de Cantabria porque estoy con ellos y ellas

Hay que dejar esa tensión a un lado, hay que transmitir optimismo, seguridad y valentía. Somos personas dispuestas a trabajar para la ciudadanía de Cantabria, no solo en el Parlamento o en los ayuntamientos, sino siguiendo el trabajo que llevamos haciendo durante muchos años en las calles con los colectivos, los vecinos y las vecinas. Ese tiene que ser nuestro mensaje claro. Somos gente de calle. Me hace mucha gracia los candidatos que dicen que ahora tienen muchas reuniones con colectivos. Yo llevo teniendo reuniones y apoyando donde hace falta desde que entré en este partido. Mi forma de hacer política y militancia activa es en contacto con la ciudadanía. Creo que el resto de candidatos no tienen claro ese concepto. Este es un trabajo de mostrar, de confianza, de que estamos aquí y que hemos hecho políticas valientes en el Gobierno. Gracias al escudo social que se ha puesto en marcha la crisis ha sido gestionada de otra manera. Es lo que hay que transmitir a la gente, confianza y que estamos aquí porque queremos cambiar sus vidas.

Sobre ese trabajo de calle, ¿qué respuesta está recibiendo de la gente?

Muy positiva. Tengo constancia de problemas del día a día de la ciudadanía de Cantabria porque estoy con ellos y ellas. Conozco a gente que ha sido desahuciada; he estado con los bomberos forestales viendo las problemáticas de los incendios; con gente que no puede acceder al tren, que tiene dificultades de movilidad porque no están acondicionados; soy consciente del problema del bullying. Se trata de ser consciente de la realidad que creo que mucha gente que está metida en los ayuntamientos y en el Parlamento no la tiene.