POLÍTICA
Exigen al Gobierno de Cantabria frenar las subvenciones a la tauromaquia 'para combatir el despoblamiento'
La Fundación Franz Weber ha acusado este martes al Gobierno de Cantabria de intentar regalar miles de euros al lobby taurino con la concesión de ayudas a cinco municipios con la excusa de combatir la pérdida de población en entornos rurales. Serían un total de 50.000 euros.
Como demostró la ONG internacional, la entrada a eventos taurinos en este tipo de localidades ha disminuido a pesar del ingente apoyo que prestan los Gobiernos locales. En el caso de Pesaguero, por ejemplo, el consistorio incrementó un 1200% el gasto directo en la corrida de toros realizada el pasado mes de marzo, con respecto a 2022. Los naturalistas señalan que la intención del gobierno cántabro es apoyar a consistorios afines con dinero público, a pesar de que la demoscopia también les quita la razón: el 97,7% declara no asistir a este tipo de actividades de acuerdo con la Encuesta de Hábitos y Prácticas culturales 2021-2022 elaborada por el Ministerio de Cultura.
Así, recuerdan que iniciativas como la creación de una escuela taurina en Santander han resultado un rotundo fracaso, ya que en pocos años no solo han perdido más de la mitad de las personas inscritas, tampoco sus convocatorias han suscitado una respuesta real por parte de la ciudadanía. FFW advierte que no existe ni un solo estudio que avale la medida de la Consejería de Presidencia y esta parece responder más a un interés por financiar al ultraminoritario lobby taurino que a verdaderos criterios objetivos sobre calidad de vida y oportunidades de progreso en núcleos rurales de Cantabria.
SERVICIOS DE CALIDAD
La ONG internacional explica que las demandas de las ciudadanas y ciudadanos de municipios rurales son muy variadas: mejores conexiones de internet, mejor movilidad, ayudas para la apertura o mantenimiento de negocios específicos, disponibilidad de servicios públicos como la Atención Primaria sanitaria, seguridad ciudadana o Correos, pero en ningún caso aparece la tauromaquia como una de sus pretensiones.
En comparación al mantenimiento de políticas públicas habituales, las corridas de toros, encierros o novilladas son mucho más costosas, muy concretas en el tiempo (una o dos jornadas) y su respuesta no ayuda nada a los habitantes.