El juez único para competiciones no profesionales de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) ha sancionado al Nàstic de Tarragona y a varios jugadores por los incidentes ocurridos tras el encuentro ante el Málaga. Entre ellos, el cántabro David Concha Salas, que comenzó su carrera deportiva en las categorías inferiores del Marina Sport de Soto de la Marina y pasó luego a la cantera del Racing, llegando a debutar en el primer equipo en la temporada 2013-2014. En concreto, el Comité de Competición le impone 12 partidos de sanción y 3.600 euros de multa por tres motivos diferentes.

Tal y como refleja el detalle del comunicado, Concha es sancionado con seis partidos y 1.800 eurospor gritar y gesticular protestando una decisión del árbitro principal y dirigirse hacia uno de los árbitros asistentes con insultos y ofensas verbales; dos encuentros y 600 euros por no dirigirse al vestuario tras ser expulsado, negándose a retirarse; y otros cuatro partidos y 1.200 euros por manifestar una actitud violenta hacia uno de los árbitros asistentes, lanzándole agua de una botella y vaciándola sobre su cuerpo.

Con respecto al club, la sanción contempla que el equipo catalán deberá jugar cuatro partidos a puerta cerrada “por infracción muy grave producida en el citado partido, por la especial y grave alteración del correcto desarrollo del referido partido de fútbol, considerando muy especialmente el riesgo de la integridad física que sufrieron los árbitros al término del encuentro con la invasión masiva de aficionados locales y posteriormente en su propio vestuario, además de las muy graves amenazas que se profirieron por dirigentes del propio club local contra ellos y sus familiares”. A esto se suma una multa de 11.204 euros, que se reparte en 9.000 por la infracción principal, 1.204 euros por dos incidencias leves y otros 1.000 euros por el lanzamiento de balones al campo.

Junto a Concha se sanciona también al central Nacho González, al que se le imponen cuatro sanciones. En primer lugar, la doble amarilla y consiguiente expulsión (que conlleva no poder jugar un partido); en segundo, no dirigirse al vestuario tras ser expulsado y negarse a retirarse, por lo que se le sanciona con dos partidos; otra sanción por protestar a los árbitros tras haber sido expulsado, encontrándose en la boca de vestuarios (dos partidos); y por último, la más dura, agresión contra árbitros, directivos o autoridades deportivas tras ser expulsado, por la que no podrá jugar durante tres meses. A esto se suma una multa económica de 2.400 euros.

Desde el club catalán se ha emitido un breve comunicado tras conocerse la sanción en el que anuncia que recurrirá una resolución que considera “totalmente desmedida”, avanzando que “acudirá a la justicia ordinaria para el esclarecimiento de los hechos de forma imparcial”.

HECHOS

Los hechos a los que hace referencia el juez se produjeron el pasado 23 de junio durante el encuentro de play off de ascenso a Segunda División. Según el testimonio del árbitro, “una vez nos encontramos en vestuarios, pudiendo acceder a ellos gracias a la ayuda de la fuerza pública, se producen multitud de incidentes en la puerta de nuestro vestuario. Detallamos: golpean con agresividad nuestra puerta en hasta 24 ocasiones; se dirigen hacia nosotros abriendo la puerta y gritándonos, entre lo que identificamos lo siguiente: ‘Vais a morir’; ‘sinvergüenzas’; ‘tu hijo va a morir’; ‘ojalá os matéis’; ‘hijos de puta’; ‘que muera vuestra puta familia’; ‘cobardes hijos de puta’; ‘dar la cara hijos de puta que os vais a enterar’; ‘no tienes huevos’; ‘tu puta madre’; ‘te voy a recibir hasta el final, si tienes huevos baja (en 4 ocasiones)”.

El colegiado continúa afirmando que llegaron a “temer por nuestra integridad física al ver cómo abrían la puerta y nos increpaban. La seguridad presente nos indica que les es imposible retirar y controlar a esta gente puesto que según nos dicen, ‘son varios directivos y propietarios del club’. Nos comunica la fuerza pública que debemos salir escoltados hacia los vehículos y en carretera hasta la llegada al hotel para garantizar nuestra integridad”.

El juez de Competición señala igualmente que el club catalán no formuló en el proceso ningún tipo de alegación, aunque ahora, tras conocerse la sanción, sí ha anunciado que presentará una demanda por negligencia contra el colegiado Mallo Fernández y un recurso ante el Comité de Apelación.