MIENGO

La exposición "De tierra y silencios" de Juan Manuel Puente inaugura la temporada estival en la Sala Robayera

Para la ocasión se han reunido cerca de una veintena de obras procedentes de distintas colecciones que recorren las diferentes etapas de su trabajo

La muestra constituye un homenaje al perfil artístico del que fuera director de la sala de exposiciones del municipio de Miengo entre 1988 y 2015.
La muestra constituye un homenaje al perfil artístico del que fuera director de la sala de exposiciones del municipio de Miengo entre 1988 y 2015.

Las pinturas de Juan Manuel Puente inaugurarán la temporada estival de la Sala de Arte Robayera de Miengo, con la exposición 'De tierra y silencios' que abrirá sus puertas este sábado, 4 de junio, a las 19.30 horas.

La muestra constituye un homenaje al perfil artístico del que fuera director de la sala de exposiciones del municipio de Miengo entre 1988 y 2015.

Para la ocasión se han reunido cerca de una veintena de obras procedentes de distintas colecciones que recorren las diferentes etapas de su trabajo, desde finales de la década de los ochenta hasta la actualidad.

'De tierra y silencios' se compone de una selección de paisajes abstractos cuyo punto de partida es el diálogo del pintor con la naturaleza, filtrado por sus propias emociones y vivencias.

Son mayoritariamente composiciones de gran formato en las que Puente expresa su voluntad de experimentar con la materia, dejando fluir la imaginación para trascender lo anecdótico, lo documental o lo puramente retiniano.

La tierra, como origen y como destino, es el principio de una indagación filosófica y estética que le lleva a trasladar a la pintura sus inquietudes metafísicas y existenciales.

El artista experimenta con todo tipo de materiales, arenas, minerales, óxidos y pigmentos en polvo, mezclados con óleo o con acrílico, siguiendo un proceso de ejecución lento, minucioso y reflexivo donde la superposición de múltiples capas otorga dureza y peso a unas superficies "labradas" como la propia tierra.

PARTES DE LA MUESTRA

Las obras de su primera etapa, influida por los valores del informalismo, muestran su predilección por lo orgánico, incluyendo en ocasiones algún tipo de referencia figurativa que sugiere formas que recuerdan a naturalezas muertas.

En este periodo sus composiciones se encuentran cargadas de materia, con un relieve escarpado, dispuesto en diferentes estratos. Dominan las gamas oscuras contrastadas con toques de color más vivo que surgen desde el interior, con una pincelada gestual y empastada de resonancias expresionistas.

Estas obras iniciales dan paso a una segunda etapa más centrada en las superficies, donde el artista se propone trascender lo físico para profundizar en los valores de la materia. Juan Manuel Puente trabaja hasta encontrar la textura precisa, llegando a obtener calidades táctiles, en unas composiciones profundamente serenas y silenciosas que poseen un tratamiento menos orográfico, pero también más vibrante.

La paleta oscura del periodo anterior es sustituida aquí por una amplia gama de tonos terrosos y ocres, salpicados por pequeñas notas de color con las que genera una especie de constelaciones que sugieren el universo mineral que emerge del interior de la tierra, dinamizando todo el espacio.

En ocasiones, una banda geométrica situada en uno de los límites del cuadro, sirve para expresar el deseo de orden frente al caos, expresando la ambivalencia entre razón e intuición, entre lo concreto y lo indefinido.

De su etapa más reciente se muestran una serie de obras de pequeño formato que llevan por título 'Horizonte', en las que el pintor llega a un mayor grado de síntesis y opta por lo esencial. Divide la composición en dos ámbitos diferenciados, señalando una línea fronteriza, más o menos definida, que expresa de nuevo esa dicotomía entre espacio y profundidad, lo permanente y lo transitorio, lo real y lo soñado.

JUAN MANUEL PUENTE

Juan Manuel Puente (Torrelavega, 1951) inicia su trayectoria artística en Mazcuerras en la década de los setenta, momento a partir del cual empieza a pintar al aire libre, influido por los paisajes de Agustín Riancho y Casimiro Sainz. Poco tiempo después, comienza a visitar las exposiciones de la Galería Sur en Santander, donde descubre la pintura informalista y recibe la influencia de pintores como Cossío, Díaz Caneja, el propio Tàpies y otros artistas de vanguardia.

Su primera exposición en solitario tiene lugar en el Círculo de Recreo de Torrelavega (Cantabria) en 1975. Desde entonces ha participado en numerosos proyectos individuales y colectivos en distintas galerías y centros de arte de Cantabria, País Vasco, Asturias, Aragón, Valencia, Murcia y Madrid.