El Ciclo de Prehistoria de Puente Viesgo tratará mañana los orígenes del Homo Sapiens

El XXVI Ciclo de Conferencias sobre Prehistoria de Puente Viesgo abordará este miércoles, 31 de agosto, los orígenes del Homo Sapiens en la novena ponencia programada este año por la Sociedad de Amigos de las Cuevas del Castillo, que será impartida por el arqueólogo madrileño José Manuel Maíllo, doctor en Prehistoria por la UNED.

La conferencia comenzará a las 19:30 horas en el Gran Hotel Balneario de Puente Viesgo

Maíllo disertará sobre los orígenes de la única especie de homo que ha perdurado hasta nuestros días, tras la extinción de los neandertales hace 28.000 años, según han informado, en un comunicado, sus organizadores.

ONTAÑÓN Y LA 'CUEVA ÁUREA'

Esta conferencia, que será a las 19.30 horas en el Gran Hotel Balneario, sucede a la impartida por Roberto Ontañón, responsable de la conservación de las cuevas prehistóricas de Cantabria, sobre el último gran descubrimiento del arte parietal paleolítico en la región, la Cueva Áurea.

Ontañón explicó en su conferencia que la Cueva Áurea (Peñarrubia) es el primer yacimiento prehistórico localizado en el Desfiladero de la Hermida, gracias a dos espeleólogos de un club catalán que descubrieron unos trazos pintados en la pared de la cavidad que sospecharon fueron hechos por el ser humano hace miles de años.

Según relató, estos dos espeleólogos sacaron una fotografía del trazo y la remitieron "con muy buen criterio" a la Consejería de Cultura y destacó la importancia de este nuevo descubrimiento porque "suma otro sitio más de arte paleolítico en Cantabria y abre unas excelentes perspectivas a la investigación del arte rupestre en una comarca hasta ahora virgen en este tipo de testimonios arqueológicos".

El responsable de la conservación de las cuevas prehistóricas en Cantabria agregó que el Desfiladero de la Hermida es una zona kársticas con decenas de cuevas "que podrían albergar otros conjuntos decorados en el Paleolítico superior".

Ontañón explicó que la Cueva Áurea se halla a unos 30 metros del río Deva, es de reducidas dimensiones, de recorrido fuertemente descendente y con dos angostas galerías que se unen unos metros más abajo donde se concentran la mayor parte de las pinturas rupestres, todas ellas de color rojo y realizadas con un mismo procedimiento técnico, la aplicación sobre la pared de una pasta espesa con las yemas de los dedos.

"Con esta sencilla técnica se han realizado en la cueva diferentes composiciones, desde simples puntos aislados hasta signos complejos, entre los que destacan un fusiforme muy similar a los de la cueva de Chufín y un gran motivo complejo compuesto por cuatro hileras de puntos en bandas ondulantes y entrecruzadas", apuntó.