La Casa de Cultura Hermilio Alcalde del Río de Torrelavega acoge desde mañana la exposición 'Arqueologías del yo', de los artistas visuales María Centeno, José Luis Ochoa, Emeric Minaya y Marga G. Polanco, y comisariada por José Ángel Cicero.

Esta muestra cierra el ciclo de cinco proyectos seleccionados en la convocatoria 'Comisariado 2021', iniciativa que se ha enmarcado dentro de las acciones de consulta y participación llevadas a cabo desde la Mesa de Artes Plásticas y Visuales del Consejo de Cultura para desarrollar propuestas innovadoras en el campo de las artes visuales y promover la movilidad de las producciones artísticas en cuatro salas expositivas de la región entre marzo y noviembre de este año.

Los artistas toman como referencia "nuestro yo, entendido de manera simbólica", y presentan distintas narrativas para transitar por parajes comunes, inherentes al desarrollo social, cultural y personal, informa el Gobierno regional en nota de prensa.

Dentro de un espacio indefinido que ahonda en los inconscientes, 'Arqueologías del yo' incluye una serie de obras que abarcan múltiples visiones e interpretaciones del universo del yo interno.

Para ello, los diferentes estilos y lenguajes que constituyen esta muestra trazan un mapa de capas de sensibilidad, ambigüedad, experiencia y conocimiento que invita al espectador a la introspección y el análisis.

Las piezas de José Luis Ochoa parten de esa lejanía que es posible extrapolar y asociar a espacios casi inaccesibles. Son trabajos, bajo el concepto de aura, que van desde el dibujo, la pintura o las instalaciones, donde el material es transformado en su esencia en base a estratos superpuestos. El hierro, la lava, la sal o las oxidaciones se juntan con materiales artísticos tradicionales estableciendo un diálogo con el mundo y su futuro desconocido.

Por su parte, las creaciones de María Centeno tratan de explicar el poder transformador del ser humano y cómo el inconsciente es modelado por agentes externos del mismo modo que la piedra es moldeada por el tiempo. La artista juega con materiales de características antagónicas, con los que genera símiles que relatan reflexiones que revelan el inconsciente.

En el caso de la obra de Emeric Minaya, el antagonismo entre la vida y la muerte provoca una danza cuyo inevitable desenlace sólo permite la reflexión y el consumo de una realidad efímera.

A través del tratamiento y empleo de materiales frágiles como el hilo de algodón, la sedalina o las nervaduras de hojas secas, la artista Marga G. Polanco reconstruye su obra cosiéndola.