El visionado de los vídeos y la solidaridad con los acusados marcan el juicio a #PreguntarNoEsDelito
Ignacio Diego “no cree” que nadie llegara siquiera “a tocar” el lateral del vehículo al que se subió, no recuerda que nadie se aproximara tampoco “por la parte de atrás” del coche y reconoce que después no vio los daños que supuestamente se habrían producido en el mismo.
ColEst cifra el seguimiento de la huelga educativa en un 70% en las enseñanzas medias y en un 50% en la enseñanza universitaria, y en 600 los participantes en la manifestación que ha recorrido el centro de Santander.
El visionado de los vídeos de los hechos y la solidaridad con los siete jóvenes acusados por una protesta en defensa de la Educación pública llevada a cabo en febrero de 2014 en la Universidad de Cantabria han marcado el juicio por los hechos sucedidos en aquella movilización, que se ha celebrado este miércoles en los juzgados de la calle Alta de Santander. El Ministerio Fiscal, única parte que ejerce la acusación, considera que los siete acusados –agrupados desde entonces en la iniciativa #PreguntarNoEsDelito y de los que sólo han comparecido seis– son autores de un delito de coacciones y de una falta contra el orden público, por los que pide para cada uno de ellos multas de 4.400 euros, y a uno de ellos le considera además autor de un delito de daños en el vehículo de escolta al que se subió el entonces presidente autonómico Ignacio Diego (PP) a la salida del acto, por lo que pide para él un año de cárcel, multa de 3.600 euros e indemnización de 740 euros a la empresa de renting propietaria del vehículo. Sin embargo, ninguno de los testigos ha podido precisar quién dio las supuestas patadas a ese coche, unas supuestas patadas que tampoco muestra ninguno de los dos vídeos de la protesta, que han vuelto a ser visionados este miércoles por las partes personadas.
Dos centenares de personas se han concentrado ante los juzgados de la calle Alta en solidaridad con los acusados
Y es que el visionado de esos dos vídeos –propuestos por las defensas, pues los acusados aseguran que sus imágenes “han ido poniendo a cada uno en su sitio y confirmando punto por punto nuestra versión”, y que la juez ha aceptado como prueba– y la solidaridad de la comunidad educativa con los acusados han marcado esta primera sesión del juicio a #PreguntarNoEsDelito, que se ha prolongado durante seis horas y que tendrá una segunda sesión, en la que en principio quedará visto para sentencia, el próximo 1 de diciembre, pues falta la declaración de una periodista que presenció los hechos y de los peritos que informaron sobre los supuestos daños en el vehículo de Diego. Convocados por colectivos de estudiantes y sindicatos de profesores, dos centenares de personas se han concentrado ante los juzgados de la calle Alta antes de las ocho y media de la mañana y han permanecido allí hasta la conclusión de la sesión, pasadas las tres de la tarde, para mostrar su solidaridad con los acusados. Además, Cantabria ha celebrado este miércoles una jornada de huelga educativa y una manifestación que ha discurrido entre el edificio de Ministerios –donde se ubica la Consejería de Educación– y la Delegación del Gobierno español en la comunidad autónoma, igualmente en solidaridad con los acusados y en defensa de la Educación pública. Las movilizaciones han sido convocadas por el Colectivo de Estudiantes de Cantabria (ColEst) y el Frente de Estudiantes. ColEst ha cifrado el seguimiento de la huelga en un 70% en las enseñanzas medias y en un 50% en la enseñanza universitaria, y en 600 los participantes en la manifestación que ha recorrido el centro de Santander coincidiendo con la celebración del juicio.
Los jóvenes acusados han insistido en que la movilización de febrero de 2014 en la Universidad de Cantabria fue una “protesta pacífica” y que “en ningún momento” pretendieron impedir la salida de Diego del recinto universitario. El entonces presidente autonómico ha asegurado que fue insultado, pero ha reconocido que “no cree” que las personas a las que se acusa de haber dado patadas al lateral del vehículo al que se subió llegaran siquiera “a tocar” el coche, que no recuerda que nadie se aproximara tampoco “por la parte de atrás” del vehículo y que después no vio los daños que supuestamente se habrían producido en el coche.
El entonces jefe de Gabinete de Diego, Arsenio de la Vega –que ha dicho no recordar “que nadie quisiera entrar ni que golpeara el coche” de Diego y que “los documentos gráficos tienen muchísimo más valor que lo que pueda decir yo”–, y los policías nacionales que escoltaban al entonces presidente han asegurado que ese día se reforzó la seguridad porque tuvieron conocimiento por las redes sociales de la convocatoria de un “escrache” con motivo de la presencia de Diego en la Universidad de Cantabria, pero los acusados han manifestado que ellos no acudieron a la convocatoria de ese supuesto escrache sino al acto público ‘Tengo una pregunta para usted’, para preguntar a Diego por cuestiones relacionadas con la Educación pública y los recortes educativos, y han reiterado que, como demuestran los vídeos, “en ningún momento” impidieron la salida del recinto universitario del entonces presidente autonómico y que su única intención fue mostrar su “enfado e indignación” porque se les había denegado “sin ningún tipo de explicación” la entrada al acto público, una denegación que Diego ha atribuido al servicio de seguridad de la Universidad de Cantabria.
“Intentábamos cruzar al otro lado de la calle con la pancarta cuando el coche arrancó y casi nos arrolla”
Los acusados han insistido en que la movilización fue “pacífica en todo momento”, que no insultaron a Diego y que sólo corearon proclamas en defensa de la enseñanza pública y contra el PP, contabilizaron dos agresiones y varios empujones por parte de la escolta del entonces presidente e insistieron en que los vídeos demuestran que ellos sólo “se dejaron llevar” sin oponer “resistencia”, incluso “con los brazos arriba”. Los seis acusados que han comparecido este miércoles han reiterado que “nadie intenta entrar” al coche del entonces presidente autonómico ni impedirle que se meta en el vehículo ni la salida de éste, como sostienen el Ministerio Fiscal y los policías nacionales que ejercían de escoltas de Diego. Sobre la pancarta que se les acusa de haber colocado sobre el parabrisas, han insistido en que los vídeos demuestran que los jóvenes que la portaban intentaban cruzar al otro lado de la calle con la pancarta cuando el coche arrancó y casi les arrolla –por lo que soltaron la pancarta y ésta se posó en el capó del coche de Diego–, algo que han negado éste y sus escoltas, que no obstante han asegurado que durante la protesta “empujones hubo muchos, por las dos partes” pero que “nadie fue agredido”.
Los dos estudiantes que grabaron los vídeos, que han comparecido como testigos, han insistido en que ambos vídeos demuestran que ninguno de los acusados tocó tampoco los coches de la comitiva oficial.