PATRIMONIO
Dos monumentos de Cantabria entran en la Lista Roja del Patrimonio por su “deplorable estado de abandono”
La Torre de Cadalso es uno de los edificios de la Lista Roja del Patrimonio.
La Torre de Cadalso, en Valderredible, y el Caserío Redondo, en San Martín de Quevedo (Molledo), han ingresado en la Lista Roja del Patrimonio que elabora la asociación Hispania Nostra, debido al "deplorable estado de abandono" en el que se encuentran.
Así lo ha anunciado Hispania Nostra en un comunicado en el que ha asegurado que estos monumentos cántabros son dos ejemplos "de lo que no debería ocurrir" con el patrimonio histórico y artístico español.
El fin de esta lista, en la que la asociación incluye elementos del Patrimonio Cultural Español que se encuentren sometidos a riesgo de desaparición o destrucción, es dar a conocer estos monumentos y lograr su restauración.
El Caserío Redondo es caserío ganadero levantado con soluciones arquitectónicas "muy audaces" a principios del siglo XIX
El Caserío Redondo es caserío ganadero levantado con soluciones arquitectónicas "muy audaces" a principios del siglo XIX, cuando su construcción supuso un hito en las explotaciones ganaderas de Cantabria, según Hispania Nostra.
Su planta, a excepción del anexo destinado a habitación, es circular con las paredes maestras dispuestas a modo de anillos concéntricos, y siendo más elevada la interior con el objeto de conseguir la necesaria inclinación de la cubierta, que es de teja árabe a un agua. Toda la estructura es de madera.
Además de la cuadra, que es el edificio circular, el caserío se compone de un anexo situado al Sureste, destinado a vivienda del pastor o aparcero, y de una socarreña con el muro de piedra en seco.
El Caserío Redondo es un bien inventariado, según la resolución del 11 de marzo de 2002 del BOC 21 de marzo 2002 No 55, y según la asociación, se encuentra en estado de "avanzado deterioro", ya que presenta las cubiertas derrumbadas.
El otro Bien de Interés Cultural que ha entrado en esta lista, la Torre de Cadalso, se data en el siglo XVI o posteriores, aunque se cree que entre el XVI y XVIII se añadieron las diferentes construcciones que se adosan a la torre.
Las formas de los vanos, de la moldura que decora la cornisa, y de los cuatro pináculos piramidales rematados en bola en las esquinas del tejado -de los que solo se conserva uno- son características de esta construcción.
La fachada sur es la principal y posee puerta en arco de medio punto, de grandes dovelas. En el primer suelo se abre un hueco ojival centrado sobre la puerta, formado con dos dovelas y a la derecha se sitúa una aspillera de algo más de un metro de altura. Los frentes este y oeste poseen en el segundo y último suelo sendas ventanas ojivales centradas, también formadas con dos dovelas.