Ecologistas pide al Gobierno que libere al osezno capturado y dé toda la información sobre su estado
Para los ecologistas, el Ejecutivo regional debe "proceder a hacer públicos los correspondientes informes", tanto veterinarios como forenses.
Ecologistas en Acción Cantabria (EAC) ha solicitado al Gobierno de Cantabria que dé a conocer toda la información sobre el estado del osezno herido que merodeaba por Liébana y que, tras ser capturado el pasado 24 de enero, permanece en el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Villaescusa y ha sido llamado 'Beato'.
Para los ecologistas, el Ejecutivo regional debe "proceder a hacer públicos los correspondientes informes", tanto veterinarios como forenses, sobre las pruebas que se le hayan realizado en el centro para que "faciliten el esclarecimiento de las causas que provocaron la herida del cachorro".
Ecologistas en Acción presentó el pasado 8 de enero una denuncia ante la Fiscalía de Medio Ambiente para que se investigase si el joven ejemplar de oso pardo pudo haber sido herido durante una cacería en la falda sur de la Sierra de Peñasagra en noviembre de 2017, y desde ese momento estuvo merodeando por los pueblos lebaniegos hasta su captura.
Por ello, piden que el Gobierno haga pública toda la información, ya no sólo sobre el estado del animal, del que todavía se desconoce por qué estaba herido y si se le podrá realizar una intervención quirúrgica, sino también sobre los protocolos que se están siguiendo para su cuidado.
"Cualquier actuación sobre este ejemplar debe hacerse atendiendo a los más estrictos protocolos que aseguren su conservación y supervivencia, incluyendo un manejo escrupuloso y su posterior devolución a la naturaleza, procurando interferir mínimamente en sus relaciones con el medio del que procede, y al que conviene sea trasladado lo antes posible", han señalado los ecologistas.
La asociación ha recibido numerosas informaciones sobre animales muertos ilegalmente y ocultados en cacerías de jabalí
A su juicio, "la dilatación de su estancia en el Centro de Recuperación de la Fauna Silvestre, lejos de su lugar de nacimiento, y cualquier humanización de este animal, como el de atribuirle un nombre, no contribuye en absoluto a todo este proceso de recuperación y puede crear confusión en la opinión pública entre animales salvajes y mascotas".
Aunque EAC considera "acertada" la decisión de capturar al osezno para evaluar su lesión, ha advertido de que ya lleva casi 20 días en el centro, lo que es "un tiempo más que razonable" para que se le hayan hecho las pruebas necesarias y aplicado los tratamientos adecuados y, por ello, ha incidido en "la importancia de ponerlo en libertad lo antes posible, en la misma zona donde se capturó con el fin de facilitar su integración de nuevo en su hábitat".
"Urge liberarlo y evitar así el contacto con los humanos más allá de lo estrictamente necesario. Seguir prolongando su estancia en el Centro de Recuperación de la Fauna aumentará la dificultad de conseguir su posterior reintegración en la naturaleza con un mínimo de garantías de éxito", han añadido.
Los ecologistas han evidenciado que esa reintegración es muy importante porque el oso pardo cantábrico es una especie en peligro de extinción, pero también lo es saber si el pequeño oso fue herido en una cacería porque, precisamente por su situación, "cualquier daño provocado a un oso y, si además es por imprudencia grave, podría conllevar pena de prisión o multa e incluso inhabilitación para el ejercicio de la caza".
"NEFASTA GESTIÓN DE LA CAZA" EN CANTABRIA
Si se comprueba que fue herido en una cacería, Ecologistas en Acción cree que "estos hechos tienen relación directa con una gestión nefasta y un control deficiente de la caza en nuestra comunidad autónoma, y que esta actividad aún está muy lejos de poder ser considerada sostenible".
"Sorprendentemente, en los últimos tiempos esta asociación viene recibiendo numerosas informaciones confidenciales sobre animales muertos ilegalmente y ocultados en cacerías de jabalí y se lamenta de que esta actividad no esté suficientemente regulada, de manera que puedan producirse este tipo de actos de furtivismo, camuflados en el ámbito de actividades cinegéticas legales", han señalado los ecologistas.
En este sentido, han apuntado que la mayoría de las cacerías de jabalí en Cantabria están controladas por un único guarda. "Estos funcionarios realizan jornadas laborales larguísimas, a veces hasta de 12 horas, realizando esta actividad de control inabarcable, y cree que con estos medios humanos es imposible el control efectivo y real de estas batidas masivas en las que participan entre 30 y 60 cazadores, además de 15-30 perros", han advertido.