Cantabria, con un 8,4%, está entre las comunidades autónomas donde menos ha crecido la oferta de viviendas en alquiler desde marzo, cuando se inició la pandemia, que en España se ha disparado un 63%, según un estudio de idealista.

Así, el incremento de Cantabria solo es superior al de Castilla La Mancha (5,8%) y Extremadura (7,4%).

A pesar del significativo incremento a nivel nacional, la acumulación de viviendas en alquiler ha sido más notable en algunas comunidades. En la Comunidad de Madrid los usuarios encuentran un 96,1% más anuncios de viviendas en alquiler que en el mes de marzo, mientras que en Andalucía el incremento ha sido del 81,6%. Con aumentos del stock disponible superiores al 50% se sitúan la Comunitat Valenciana (66,7%), Canarias (62,4%), Baleares (61,9%), Murcia (59,5%) y Cataluña (58,6%).

En el lado opuesto están las comunidades en las que los meses de confinamiento e incertidumbre posterior parecen no haber hecho mella. Con incrementos inferiores al 10% se han situado Castilla-La Mancha (5,8%), Extremadura (7,4%), Cantabria (8,4%) y Asturias (9,3%). Con subidas un poco mayores se sitúan Aragón (10,1%), Navarra (17,9%) y La Rioja (18,8%).

Las capitales españolas han sentido con mayor fuerza el embalsamiento de viviendas en alquiler, aunque también existen algunas en las que el producto disponible es inferior al que había en el mes de marzo. El mayor incremento se ha registrado en la ciudad de Granada, donde las viviendas que se encuentra un usuario suponen un 200,9% más que antes de la pandemia.

Le sigue la ciudad de Huesca (200%), pero al tratarse de un mercado tan pequeño (menos de 50 inmuebles), cualquier variación puede hacer que presenten evoluciones muy abultadas. La subida de Santander ha sido del 22,6%, de las más moderadas.

Mientras, seis capitales tienen menos oferta disponible de la que tenían en marzo: Cuenca (-50,9%), Badajoz (-22,3%), Ciudad Real (-17,5%), Zamora (-12,2%), Burgos (-5,5%) y Soria (-3,9%). En España, el incremento del 63,3% se explica, según idealista, por el parón provocado por el confinamiento, cuando durante tres meses no se cerraron apenas operaciones de alquiler y las viviendas se fueron acumulando en la base de datos de idealista.