TRIBUNALES

El abuelo acusado de abusos a su nieta asegura que “no la he tocado nunca” y achaca la denuncia a “venganza”, “rencor” o por “llamar la atención”

Juicio a un hombre acusado de tocamientos a su nieta menor de edad

El hombre acusado de tocamientos a su nieta cuando tenía 13 años ha negado los hechos este martes en el juicio contra él, celebrado en la Audiencia Provincial de Cantabria, en el que ha asegurado que "no la he tocado nunca" y que ambos mantenían una relación "cordial" hasta la denuncia, que ha achacado a "un cúmulo" de circunstancias, como "venganza", "rencor" a su madre o por "llamar la atención".

La menor, que ahora es una adolescente de 16 años, se ha ratificado en lo denunciado por la Fiscalía, tras revelárselo la propia víctima a una monitora y también a una amiga de México por WhatsApp. La joven convivía desde los cinco y hasta lo ocurrido con su padre y abuelos paternos.

Tras la vista oral, desarrollada en la Sección Tercera sin la comparecencia del Instituto Cántabro de Servicios Sociales (el Gobierno regional tenía la guarda de la menor y el ICASS no ha asistido al estar cerrado el expediente abierto en su día), el ministerio público ha mantenido su petición de condena al procesado: cinco años y medio de cárcel por un delito continuado de abuso sexual a menores, dos menos que los que pedía el Ejecutivo, que ejercía la acusación particular.

HECHOS ACREDITADOS

La fiscal entiende que los hechos han quedado acreditados con el testimonio de la joven y otros elementos periféricos que los corroboran, y ha descartado animo espurio en la chica, toda vez que mantenía una relación "buena y sana" con el encausado, "como si fuese un amigo", tal y como ha expresado la chica. También ha elevado a definitivas sus conclusiones la defensa, que interesa la libre absolución de su patrocinado al apreciar "muchas contradicciones" en el relato de la víctima, que de acuerdo con los informes periciales tiene un estilo de comunicación "invasivo e histriónico". A ello suma este abogado que fue una "niña conflictiva" y "el listado de patologías psicológicas durante toda su vida".

Según la Fiscalía, los hechos denunciados tuvieron lugar en al menos tres ocasiones -en el plenario la joven ha recordado dos- en las que el hombre, aprovechando que residían en el mismo domicilio y en momentos en los que se encontraban solos, en el salón o en la habitación de ella, la sometió a "tocamientos en pechos, vagina y muslos", mientras la nieta le empujaba y daba patadas.

RELATO DE LA VÍCTIMA

La víctima ha relatado cómo estando tumbada en el sofá, tapada con una manta, su abuelo le tocaba y "acariciaba" las piernas y muslos e "intentaba" subir, pero ella se oponía, y ha rememorado también otro episodio en su dormitorio, un día que se despertó mientras él le tocaba los pechos: "Le miré y me quedé tiesa", ha expresado para apuntar que "poco después" le pidió "perdón" por este hecho.

Desde que trascendieron estos episodios, la víctima -que entonces acudía a un centro de día por la ayuda que habían solicitado sus abuelos a los servicios sociales del Ayuntamiento- fue deriva al centro de atención a la infancia y adolescencia de Santander.

CONFLICTIVA Y REBELDE

Por su parte, el acusado ha negado los tocamientos y ha señalado que la niña, que ha estado a su cuidado, "siempre" ha sido "conflictiva" y "rebelde", situación que según ha dicho empeoró cuando la menor retomó el contacto con su progenitora, que había tenido otra hija con la que sí vivía. Así, tras las visitas a su madre, volvía "remontada entera", con "malas palabras" e "insultos" hacia sus abuelos paternos, a los que -ha asegurado- daba un trato "vejatorio".

En el juicio, que ha quedado visto para sentencia, han testificado los progenitores de la menor. La madre ha indicado que tenía una relación "normal" con su hija y ha negado que fuera "problemática", aunque ha apuntado que "nunca contaba nada". Y el padre ha calificado de "cordial" la relación con la menor, con la que ahora tiene "enemistad" por la denuncia. También ha referido problemas de "convivencia" con ella, por los que solicitaron ayuda, y ha aseverado que en las fechas de los hechos, en 2021, él no trabajaba y "en casa siempre ha habido gente", extremo que ha corroborado la abuela paterna de la niña.

Esta testigo también ha aludido a "problemas" y "mal comportamiento" de la menor, que era "agresiva, no nos hacía caso y desobedecía en todo". "Ella estaba a falta de su madre", ha opinado, antes de remachar: "Jamás he visto un tocamiento" por parte de su marido y abuelo de la joven.

DAÑO DE BASE AGRAVADO

En la vista oral también han comparecido las peritos que evaluaron a la menor, en cuyo relato aprecian indicadores de credibilidad (once de 19) así como diversos "daños" (malestar emocional y dificultades para conciliar el sueño, relacionarse con sus padres o en su conducta).

Preguntadas por si la sintomatología que presenta obedece a problemas previos o a los abusos, han considerado que se deba "probablemente a un conjunto de todo ello", toda vez que había "un daño de base" previo a los hechos denunciados, que han "podido agravar" la situación".

Además de los cinco años y medio de prisión, la fiscal pide para el acusado cinco años de libertad vigilada y otros cinco de inhabilitación para desempeño con menores. Y en concepto de responsabilidad civil, solicita que la menor sea indemnizada en 10.000 euros por las secuelas que padece, ya que presenta síntomas ansioso-depresivos y un fuerte impacto en el área personal y social.