Un tramo de la A-8 entre Unquera y La Franca presenta numerosas deficiencias y obliga a realizar "obras de emergencia"
Han aparecido numerosas deficientes en esta parte de la autovía del Cantábrico, cuyas labores de reparación durarán unos seis meses y han obligado a cortar un carril en sentido Santander. La obra original costó 64 millones de euros.
En diciembre de 2014 el actual presidente en funciones, Mariano Rajoy, inauguraba el tramo de la A-8 entre Unquera y La Franca (Asturias) en compañía del entonces presidente de Cantabria, Ignacio Diego. Sin embargo, lo hizo en contra de las recomendaciones de varias fuentes de la obra, que apuntaban a que el ritmo acelerado con el que se ejecutaban los trabajos durante el último trimestre de aquel año afectarían a la calidad. Ritmo acelerado que se produjo, como en otras obras, por la cercanía de las elecciones en 2015.
Y a tenor de lo ocurrido en este 2016, acertaron. Como ha publicado El Comercio, el tramo requiere ahora “obras de emergencia” que acaban de comenzar y que se prolongarán durante unos seis meses.
Los trabajos tienen un presupuesto de 1,29 millones de euros y su objetivo es poner fin a los argayos que se registran a la altura del punto kilométrico 276,3, justo después del falso túnel de El Peral en sentido Santander. En concreto, lo que se intenta es consolidar esta ladera en la que se han registrado varios desprendimientos desde febrero de este año. Hasta ahora lo que se había hecho era limpiar la calzada y la cuneta del barro y las piedras caídas del talud, pero se necesitaba una obra de mayor envergadura para solucionar el problema y que no se produzcan nuevos argayos.
Se necesitaba una obra de mayor envergadura para solucionar el problema y que no se produzcan nuevos argayos
Por este motivo se ha llevado a cabo un informe técnico en base al cual se están realizando estas obras. Los trabajos, que comenzaron el viernes con la retirada de la malla protectora allí existente, pretenden consolidar la ladera. Por el momento las obras están consistiendo en sanear un tramo de unos doscientos metros de ancho y 22 de altura. Distintos operarios colgados con arneses están retirando las partes de tierra allí existentes.
Después, según ha indicado el Ministerio de Fomento, se ejecutará un bulonado, el cual consiste en el refuerzo del talud con barras de acero de 32 milímetros de diámetro cada una. También se realizarán diversas perforaciones para evacuar el agua subterránea. Los operarios recubrirán después el tramo de ladera inestable con hormigón proyectado para darle una mayor consistencia y, por último, se instalará un mallado de acero.
Evitar atascos
Estas obras han obligado a cortar un carril de la A-8 en sentido Santander durante cerca de 400 metros. Hasta el momento no se han registrado retenciones reseñables en la zona a causa de estos trabajos que se prevé que se ejecuten de lunes a viernes en horario diurno. De esta manera se pretende afectar lo menos posible al tráfico y generar los mínimos atascos posibles. Las obras de construcción de la autovía del Cantábrico entre La Franca y Unquera tuvieron un coste de 64 millones de euros, incluidos los trabajos de redacción del proyecto, las expropiaciones y la asistencia técnica.
El 30 de diciembre de 2014, día de la inauguración del tramo, Rajoy destacaba que con la apertura de los últimos 4,15 kilómetros que restaban de la A-8 en Asturias, ya era posible conducir desde París hasta Faro por carreteras de alta capacidad. "Ésta es una infraestructura de las que hay que hacer, de las que dan respuesta a necesidades reales, que no está sobredimensionada, genera puestos de trabajo, contribuye al desarrollo de nuestro país y redunda en una mayor prosperidad y calidad de vida". Por el tramo pasan una media de 12.575 vehículos diarios, aunque en verano la cifra es considerablemente mayor.