MEDIO AMBIENTE
Denuncia sobre los impactos de nuevos encauzamientos en el Saja
La agrupación asegura que "se trata de una nueva y cuantiosa inversión que tiene mucho que ver con los efectos de rebote que se están produciendo como resultado de los encauzamientos salvajes realizados aguas arriba durante las dos últimas décadas".
Ecologistas en Acción han denunciado la situación actual de Saja a su paso por Cabezón de la Sal y Mazcuerras. La Confederación Hidrográfica del Cantábrico ha sacado a licitación la ejecución del proyecto de reparación de la margen derecha y adecuación del entorno del río Saja, entre Ontoria y Villanueva de la Peña, términos municipales de Cabezón de la Sal y Mazcuerras, con un presupuesto de 331.655 euros y un plazo de ejecución de 13 meses.
La agrupación ha asegurado en un comunicado que "el plazo de presentación de ofertas concluyó el pasado 2 de diciembre y la apertura de las mismas en la sede la CHC en Oviedo tendrá lugar el día 20 de ese mismo mes mediante procedimiento abierto, de tramitación ordinaria, en el que se valorará como criterio de adjudicación el precio más bajo volviéndose a ignorar, como ha ocurrido en otras obras y actuaciones sobre ríos y arroyos en Cantabria, las evaluaciones de impacto ambiental, la visión integral e interdisciplinar en el tratamiento de las cuencas hidrográficas, la necesidad de programas globales de restauración hidrológico-forestal en cabeceras y laderas, la elaboración de un riguroso Mapa de Riesgos y Prevención de Inundaciones...., entre otras medidas mucho más rentables económica, social y ambientalmente, dentro del respeto a las características ecológicas y los valores recreativos y paisajísticos de los espacios afectados.
Una nueva y cuantiosa inversión que tiene mucho que ver con los efectos de rebote que se están produciendo como resultado de los encauzamientos salvajes realizados aguas arriba durante las dos últimas décadas que han acabado con la tradicional estructura meandriforme que existía anteriormente, han roto con la flexibilidad que ofrecían las márgenes y las zonas húmedas adyacentes –hoy convertidas en cauces fósiles o simplemente desaparecidas por su ocupación con rellenos o infraestructuras diversas–, han optado exclusivamente por el levantamiento de duras, rectilíneas, geométricas y macizas escolleras, han reducido las formaciones de ribera y el bosque de galería –que constituían un colchón amortiguador de las grades avenidas– a una delgada línea arbolada o favoreciendo su total desaparición, y han contribuido a facilitar un aumento espectacular de la velocidad de la corriente y a abrir brechas o inundar los terenos y las fincas próximas.
La alternativa está, pues, en recuperar los cauces fósiles, fortalecer los trazados meandriformes, reforzar el bosque de galería y las formaciones de ribera ampliando su anchura, densidad y continuidad, restaurar el patrimonio hidráúlico de canales paralelos – que, además, servirían de diques de contención en última instancia a posibles rebosamientos del cauce principal– y presas de labio como la de Santa Lucía–, y ser más estrictos en la definición de las llanuras y los riesgos de inundación, y en la autorización de usos y actividades que pudieran verse afectados por las grandes avenidas lo que, en su conjunto, amortiguaría la velocidad de la corriente y minimizaría los peligros o daños posibles.
Porque de seguir con los mismos criterios ingenieriles en el tratamiento de los ecosistemas fluviales, además de las emociones fuertes cada vez que se produzcan las crecidas e inundaciones a ver por donde se desborda el río o se rompen las escolleras, acabaremos convirtiendo todos los cursos de agua en puros canales de desague desde el nacimiento hasta la desembocadura como un atractivo ecológico, didáctico y paisajístico de coste mínimo pero de indudable valor para recreo y solaz de nativos y turistas".