Los caracoles sorprenden por su velocidad
Más de 300 niños han participado en la decimocuarta edición de la Carrera de Caracoles de San Mateo. Jana Villegas Valderrama ha sido el ganador de la competición en 2017, donde no ha habido representación del equipo de gobierno municipal.
“¿Cómo va a haber una carrera de caracoles?. Seguro que durará todo el día” es una de las frases recurrentes que los vecinos del pueblo de San Mateo han sufrido durante los últimos catorce años. Hoy casi 400 niños han participado en la última edición de la competición, que ha ganado Jana Villegas Valderrama, y es natural de Villapresente . Pero lejos quedan aquellos inicios con apenas siete participantes, hoy hasta medios nacionales se hacen eco de la popular carrera.
El sistema de competición es sencillo, una mesa redonda donde los caracoles deben realizar el radio en el menor tiempo posible. Pero detrás del podium, de la lluvia de confeti y de los premios se esconde una gran técnica.
“Yo llevo varios días con mi caracol, no es que le entrene pero es importante prepararle las horas previas con lechuga y humedeciéndole”, dice, antes de dejar su caracol a las comisarias de pista, Joel Díaz de siete años. Es la tercera vez que el niño de Molledo participa en el torneo de moluscos. Cerca de el se encuentra Paula Expósito, de Torrelavega, novata en este tipo de disputas. La joven torrelaveguense asiste atenta a todo lo que ocurre en “La Cubierta” del pequeño pueblo del Valle de Buelna. Al final de todo asombrada se dirige a su abuela para mostrarla su sorpresa por la detallada entrega de trofeos en el podium, al más puro estilo Formula 1.
“Una de las claves de la belleza de la competición es que muchos niños vienen acompañados por sus abuelos, los mayores disfrutan a veces más que los pequeños, pues ven a sus nietos disfrutando con un juego bien sencillo y alejado de las pantallas de móviles y demás” ha afirmado Rubén García, presidente de la Asociación Rebujas, organizadora de la competición.
Ese contacto con la naturaleza es algo que desde la asociación Rebujas pretenden cuidar, pues insisten niño por niño en devolver al caracol a su hábitat inicial.
Al final los que acuden a ver el peculiar evento se dan cuenta de que la carrera en si es lo que menos dura. “Tardamos más en inscribir a los casi 400 niños que en la carrera en sí” ha matizado García sobre la recurrente pregunta.
Una de la sorpresa de la tarde fue no encontrar entre los asistentes a ningún miembro del equipo de gobierno de el Ayuntamiento de Los Corrales de Buelna.
Sobre las ocho de la tarde todo concluye con una lluvia de confeti y de champin – la marca de champan sin alcohol destinada a los niños-. Las lonas y la ilusión por la velocidad de un caracol que pretende simplemente hacer lo que hace siempre, deslizarse por una superficie se guardan hasta el próximo año. Aunque los voluntarios de la Asociación Rebujas continúan trabajando hasta el próximo 30 de septiembre en las centenarias fiestas del pueblo.