El humo de la recalificación
En los últimos años han aumentado la superficie forestal quemada y el número de grandes superficies calcinadas tras la reforma de la Ley de Montes de 2015.
El humo que llegaba de Asturias y Galicia llenó ayer Cantabria. Un humo que procede de los grandes incendios de las dos comunidades y que ha sembrado de destrucción miles de hectáreas de montes. Unas llamas que devoran flora y fauna y que se avivan con los días de “surada”, pero que en ningún caso son fruto de la casualidad.
Desde la reforma del 21 de octubre de 2015, que se aprobó con los votos de PP y UPN y la abstención de CiU, el veto de 30 años que existía desde 2006 para recalificar los montes incendiados fue eliminado. Es decir, ahora un monte puede ser recalificado justo unas horas después de ser incendiado. Un veto que ha intentado recuperar Unidos Podemos hace unos días en el Senado, pero que la mayoría conservadora ha tumbado.
En los últimos años, según datos del Ministerio de Medio Ambiente, han aumentado la superficie forestal quemada, tras años de descenso, y también el número de grandes incendios, es decir más de 500 hectáreas.
Ecologistas en Acción ha declarado que están en contra de la modificación que realizó el PP en la Ley de Montes de 2015 porque aunque no permite el urbanismo en la zona afectada por el fuego, si se declara alguna utilidad pública en el terreno, es seguro que se dejará la puerta abierta.
En cuanto al veto de 30 años que existía desde 2006, Ecologistas en Acción confirma que convendría retomar esa ley y establecer lo que decía la antigua.
Según la Asociación para la Defensa de los Recursos Naturales de Cantabria (ARCA) nos encontramos en una situación desastrosa, es un momento de “sálvese quien pueda”.
“Diez años con lo mismo. En cada incendio no hay ninguna investigación y por lo tanto la mayoría de las veces no se conocen ni los motivos ni los causantes de dicho incendio”.
ARCA señala que debería haber un dispositivo de vigilancia, sobre todo en aquellos momentos en los que el temporal meteorológico facilita la rápida difusión del fuego. “En otras comunidades autónomas como el País Vasco carecen de incendios por este tipo de medidas de prevención”.
Además de todo eso, una vez haya un incendio los terrenos dañados deben permanecer aislados, es decir sin pastoría, “porque esta es la mejor forma de regenerar el campo”.
“Ojala fueran 50 años los años de veto” es lo que declara ARCA. “Tendríamos que tener una buena ley de montes.”