SUCESOS

Detenidos tres jóvenes, uno menor, por pagos de 1.800 euros con billetes falsos

Billetes falsos

La Guardia Civil de Cantabria ha detenido a dos jóvenes de 18 y 19 años, así como a un menor, como presuntos autores de delitos de estafa al utilizar billetes falsos, de atrezo, para pagar servicios y compras por importe de unos 1.800 euros. El menor también habría amenazado de muerte a un repartidor de comida al darse cuenta de la estafa.

La Guardia Civil de Camargo comenzó a recibir denuncias a mediados de marzo por pagos con billetes que no eran de curso legal en servicios de taxi de Santander y Camargo, establecimientos de comida rápida de Maliaño, así como por la compra de una consola y un teléfono móvil en webs de segunda mano. En un establecimiento de Maliaño y en un fin de semana, se detectaron pagos con estos billetes por valor de 330 euros. En total se denunciaron 11 estafas.

Pagaban los servicios o productos con billetes falsos y, tras recibir el cambio, salían corriendo del lugar

El modus operandi era similar en todos los casos: pagaban los servicios o productos con billetes falsos y, tras recibir el cambio, salían corriendo del lugar. Los trabajadores se percataban de la estafa cuando cerraban la caja o al ir a ingresar la recaudación en alguna entidad bancaria. Los denunciantes entregaron a la Guardia Civil los billetes recibidos como pago, que tenían un tacto y medidas similares a los reales, pero sin las medidas de seguridad. Todos tenían la misma numeración y en un lateral figuraba la inscripción 'This is not legal. It is to be used form motion props', y debajo de la bandera de Europa, a modo de firma, el rótulo 'Movie Money', indicadores de que no son billetes de curso legal aunque su uso está permitido como atrezo o en juegos.

La investigación llevó a identificar a los tres jóvenes, conocidos por la Guardia Civil de Camargo, que fueron localizados y detenidos en la mañana del 13 de abril. Además, tras su detención, se pudo determinar que el menor era también presunto autor de un delito de amenazas de muerte a un repartidor de comida, ya que, tras pagarle con uno de los billetes falsos, el repartidor volvió al lugar al percatarse de que no era de curso legal, momento en el que presuntamente fue amenazado.