Sucesos

Detenidos 89 integrantes de una red que explotaba a mujeres nigerianas con el rito ‘vudú’

Detención de uno de los integrantes de la red de explotación de mujeres nigerianas

Las víctimas eran sometidas en su país de origen a ritos de 'vudú-jujú' y contraían una deuda con la organización criminal de entorno a 30.000 euros.

La Guardia Civil ha liberado a 39 mujeres nigerianas que estaban siendo obligadas a ejercer la prostitución y detenido a 89 personas, entre ellas 14 'madames', en una operación coordinada por EUROPOL desarrollada en doce provincias españolas, entre ellas Cantabria. De los arrestados, 43 han ingresado en prisión preventiva.

Las víctimas eran sometidas en su país de origen a ritos de 'vudú-jujú' y contraían una deuda con la organización criminal de entorno a 30.000 euros. Las mujeres eran controladas por 'madames' nigerianas, la mayoría reclutadas tras haber sido explotadas anteriormente. Una de estas 'madame' fue arrestada en Manchester.

La operación arrancó en Torrevieja (Alicante) a raíz de una denuncia de una de las víctimas, menor de edad, poniendo a los investigadores en la pista de una red que captaba a mujeres en Nigeria para trasladarlas a España vía Libia e Italia. Tras un periplo de más de 4.000 kilómetros desde que salían de Nigeria, algunas de las víctimas eran rescatadas de centros de internamiento para inmigrantes como el de Lampedusa, utilizándose para ello documentación falsa.

En la localidad de Cuevas de Almanzora (Almería) las mujeres eran explotadas en el interior de casas-cuevas, viviendo en condiciones de extrema precariedad. "Las víctimas ejercían la prostitución low-cost, cobrando por cada servicio entre 5 y 10 euros, y los clientes eran varones nigerianos y senegaleses trabajadores en la zona de cultivo en España", ha señalado en rueda de prensa Javier Rogero, mando de la Unidad Central Operativa (UCO).

El teniente coronel Rogero ha puesto en valor el trabajo que realizan ONG como Proyecto Esperanza y Adoratrices. "Las víctimas están ya en las mejores manos con la ayuda de este tipo de organizaciones que le permiten tener un futuro", ha señalado.

EL LÍDER, EN NAVARRA

El líder de la red actuaba desde Tudela (Navarra) y en la operación 'Nanga-Parbat' también se ha detenido a un conocido DJ en Nigeria. Se han llevado a cabo 41 registros e intervenido activos que superan por ahora los 300.000 euros tras practicar diligencias en Vizcaya, Navarra, Cantabria, Madrid, Guadalajara, Toledo, Alicante, Málaga, Murcia, Sevilla, Almería y Barcelona.

Los trabajos han sido desarrollados por agentes de la Guardia Civil y de la policía nigeriana pertenecientes al NAPTIP (National Agency for the Prohibition of Trafficking in Persons), que han contado además con la colaboración de la NCA Británica (National Crime Agency), todo ello bajo la coordinación del juzgado de instrucción número 2 de Torrevieja (Alicante).

RELACIÓN CON LA EIYE CONFRATERNITY

La organización criminal estaba relacionada con la Eiye Confraternity (La Confraternidad), una de las hermandades nigerianas con más influencia por tener lazos con las universidades de ese país, lo que permite a sus miembros operar de forma clandestina mediante ramas distribuidas por todo el mundo que consiguen financiación para la cúpula de la red.

Para sus desplazamientos y reuniones extremaban las medidas de seguridad para evitar ser detectados, portando incluso armas, lo que dificultaba las labores de vigilancia y seguimiento por parte de los agentes.

El fin último de la explotación sexual de las mujeres era el enriquecimiento de los integrantes de la organización criminal. La investigación patrimonial realizada a sus líderes demuestra la existencia de toda una red entre los integrantes de la Confraternidad y las diferentes "madames" que hacían acopio del dinero de las víctimas que controlaban. Una gran parte de todo este dinero se remitía a Nigeria.

El método utilizado para el envío y blanqueo de dinero por los miembros de La Confraternidad era el conocido como 'HAWALA', utilizado igualmente por otras organizaciones delictivas. Consiste en que personas de una misma organización criminal, pero asentadas en distintos puntos geográficos, basándose en relaciones de confianza, interactúan como si de entidades bancarias se tratase, sin dejar ningún tipo de constancia ni electrónica ni documental.